Fecha: 1 de septiembre del 2022.
Nada más desayunar nos pusimos rumbo a O Cebreiro. (Lugo)
Aunque solo es una pequeña aldea del municipio de Pedrafita do Cebreiro (algo más de 1.000 habitantes), en la comarca de Los Ancares, O Cebreiro es patrimonio incalculable del Camino de Santiago, tanto medieval como reciente. Se trata del primer pueblo del Camino Francés en Galicia, muy atractivo por sus típicas pallozas y su iglesia prerrománica del siglo IX. La fundación de este enclave data aproximadamente del año 863, en torno a su hospedería para dar cobido a los peregrinos tras descubrirse la tumba del apostol.
Hicimos una foto a las vistas y a la primera peregrina de bronce del Camino Francés en Galicia pesa 150 kilos y mide, de punta a punta, 1,80 metros. Está instalada de espaldas hacia las montañas leonesas y es obra del escultor coruñés Miguel Couto.
Siguiente parada: Balboa.
Algunos restos arqueológicos dan cuenta de la antigüedad del poblamiento humano en el municipio, que tendría sus raíces en la cultura megalítica.
Sin embargo, la fundación de Balboa y del resto de las localidades del municipio se dataría en la Edad Media, cuando se integraron en el reino de León.
Como ya era mediodía, pasamos por la Palloza a comer. Se come bien y tiene menú con varios primeros y segundos. Merece la pena entrar aunque sea a verla por dentro.
Para bajar la comida se nos ocurrió subir a ver el Castillo, que tiene una curiosidad: tiene un auditorio y un escenario justo enfrente.
El Castillo de Balboa posiblemente se edificó sobre un castro celta-astur, con finalidad defensiva como la mayoría de los castillos del Bierzo, teniendo referencias de su existencia desde el siglo XI. Solo queda en pie la Torre del Homenaje y alguno de sus muros. Documentalmente, se fechan en el siglo XIV las primeras construcciones de la fortaleza.
Muy cerca de Balboa está la Cascada de Cantejeira pero no nos acercamos a verla porque no llevaba mucho agua y lo dejamos para otro momento.
Vimos por la carretera el Monasterio de Santa María de Carracedo y nos acercamos a verlo.
Monasterio benedictino fundado por Bermudo II ‘El Gotoso’ en el año 990. Ostentó gran poder político, religioso y económico, ejerciendo jurisdicción además sobre otros monasterios bercianos en Galicia, Asturias y León. Restaurado en el siglo XII.
En sus dependencias se contaba con hospedería, hospital y cárcel. Dato curioso es una lápida vertical ubicada a la puerta de la iglesia, que explica cómo el 29 de agosto de 1810 fueron elegidos en el Monasterio de Carracedo los primeros representantes democráticos de los leoneses en las Cortes de Cádiz.
Como nos lleva pasando últimamente, llegamos justo cuando habían cerrado, de modo que lo vimos por fuera.





































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