Fecha: 1 de abril del 2023.
Salimos hacia Nuévalos.
Ya llevábamos comprada la entrada al Monasterio de Piedra por internet, aunque también están allí las taquillas pero de esta manera nos ahorramos la cola. Son 18 euros.
Primero vimos el Monasterio y luego los jardines.
Por muchas fotos que pueda poner aquí, no tiene nada que ver lo precioso que es verlo in situ,
La Iglesia es el edificio central, con un claustro anexo en torno al cual se disponen las estancias monacales: Sala Capitular, cillería o almacén, cocina, refectorio y calefactorio.
El vino forma parte de la historia de la comarca de Calatayud desde el siglo II A.C.
A finales del siglo XIII, los monjes del Monasterio de Piedra promovieron la plantación de la vid en esta zona, y sus bodegas dan fe de la importancia de la vid en las tierras de su entorno.
Actualmente el Monasterio de Piedra aloja el Museo del Vino D.O. Calatayud, lo encontramos paseando por el claustro.
También vimos la exposición de carruajes.
Salimos al exterior y vimos lo que más me gusta, las ruinas.
Los muros del monasterio del siglo XIII, esconden ocho siglos de historia desde su Consagración, en 1218.
En él se pueden contemplar las principales características de la arquitectura Cisterciense.
Una vez visto el Monasterio, salimos a ver los jardines y nos encontramos con grutas de cuento de hadas, paisajes espectaculares, cascadas y saltos de agua impresionantes, cuevas, lagos....
Os pondré algunas fotos pero tenéis que verlo en persona.
Las grutas.
Sólo colgaré algunas cascadas y saltos de agua. Hay muchas más.
Salimos de allí con la boca abierta de lo bonito que es.
Como ya era la hora de comer paramos en el Restaurante Río de Piedra. Buenísimo y aunque parece caro, comes muy muy bien. Con los aperitivos que entran en el menú , prácticamente comes. Luego el lechal y el postre. Merece la pena.
Un café para no dormir la siesta y siguiente parada, Ibdes.




































































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