Fecha: 29 de mayo del 2022
Dejamos el hotel y nos vamos a Orbaneja del Castillo. Fuimos primero aquí porque David quería hacer rutas por la mañana y dejamos para después las ermitas rupestres que nos pillaban de paso.
Al llegar hay 3 aparcamientos gratuitos. El tercero está muy cerca del pueblo y ahí aparcamos.
Nada más llegar al pueblo te encuentras con un puente. Si miras a la derecha está la cascada y si miras a la izquierda están las pozas color turquesa.
Orbaneja del Castillo es una localidad medieval de Burgos declarada Conjunto Histórico Artístico y considerada por algunos como un lugar fantástico casi como los de cuentos de hadas. Su belleza radica en el hecho de estar atravesado por una maravillosa cascada y alrededor de esta se construyeron pequeñas casas con miradores hacia el gran cañón del río Ebro.
Subiendo el pueblo, sale un camino a la izquierda que te lleva a un senderito que pasa justo por encima de la cueva. Desde allí hay unas vistas muy buenas del arco de piedra. Dicen que se asemeja a dos camellos dándose un beso y justo el arco que se queda debajo es el mapa de África.
Seguimos subiendo hasta que empieza la
ruta de los chozos. No tiene pérdida. Pasas por un mirador del pueblo y cuando llegas al descampado ves los chozos repartidos.
Os dejo el enlace de la ruta.
Los chozos eran refugios construidos por los agricultores para guardar los aperos de trilla y labranza, además de servirles para protegerse de las inclemencias del tiempo.
Están construidos en piedra en seco (sin argamasa) hasta el techo, aprovechando las piedras que retiraban de las tierras de cultivo. Atravesamos los chozos, para continuar por el páramo, entre apriscos donde guardaban el ganado.
De vuelta a Orbaneja, mi señor esposo decide que quiere subir a ver el arco.
Bajamos hasta el puente del principio del pueblo, continuamos hasta un camino que sale a la izquierda que nos indica que vamos al pueblo de Escalada. Cruzamos un puente y cogemos el camino de la izquierda. Yo desisto y me voy a buscar restaurante. David sigue y llega arriba del todo. Es una explanada y consigue ver el arco ( o mapa de áfrica) y Orbaneja desde arriba.
Se hizo la hora de comer y encontré un sitio con menú de 21€ con cocido montañés, chuletón a la piedra, lechazo.... todo buenísimo. Se llama Casa Estela. Muy cerca de la taquilla de la Cueva del Agua.
Después de un revuelto de setas, un chuletón a la piedra y torrijas fuimos a ver la Cueva del Agua. Cuesta 2€ entrar pero está curioso de ver de dónde sale el agua que atraviesa el pueblo.Tras ver la cueva por dentro, fuimos a hacer el check-in del hotel donde íbamos a pasar las 2 ultimas noches. En Escalada.
Es el Hotel rural Casa de Pepe y Vicent.
Sólo tiene 3 habitaciones: La verde, la rosa y la azul. Estuvimos en la rosa.
A mí me encantó. Y la chica que lo lleva es un amor.
Sólo tiene alojamiento y desayuno. Para cenar, un día fuimos al pueblo siguiente al
Bar La Encina (cierra los martes) a por un plato combinado. Carretera Quintanilla-Escalada.
Y otro día, en Orbaneja .
Como aún era pronto, cogimos el coche hasta la Colegiata de San Martín de Elines.
Inicialmente San Martín de Elines perteneció a un monasterio mozárabe del siglo X (queda algún resto en el claustro), luego pasó a ser colegiata y más tarde parroquia.
Se puede ver por dentro pero el último pase era a las 17:00 y llegamos una hora tarde.
A unos pocos kilómetros está Arroyuelos, donde encontramos la Ermita rupestre de San Acisclo y Santa Victoria.
Justo antes de llegar hay un terreno para aparcar a la derecha. La puerta de la Ermita está abierta y se puede subir al piso de arriba.
Se trata de un templo prerrománico excavado en la roca. De origen incierto, se cree que estos templos datan de era visigoda, anteriores pues al año 711.
En el exterior de la iglesia, junto a la entrada oriental del Sur, existe una necrópolis de tumbas excavadas en la roca, antropomorfas y de bañera. La orientación de todas ellas es la cristiana de Este-Oeste, con la cabecera hacia el ocaso.
A unos 3 ó 4km está la
Ermita rupestre de San Miguel de Presillas.
En Presillas de Bricia, se encuentra uno de los más espectaculares eremitorios rupestres que salpican los pequeños valles de esta comarca del Alto Ebro. La llamada iglesia de San Miguel es un amplio recinto de dos pisos completamente excavado en roca. Sus formas parecen posvisigóticas y es probable que sea un testimonio de eremitismo un tanto tardío (siglo X). En la misma roca se encuentra otra cavidad conocida como "Cueva de la Vieja" de planta cuadrangular en la que hay dos grandes huecos excavados en la roca que podrían ser piscinas bautismales.
Al ser de arenisca está cerrada por el desgaste pero de puede ver por dentro desde las rejas.
Cuando vas llegando y se acaba el asfalto, se puede dejar el coche a un lado, en un prado. Es mejor continuar andando. Pasas por una puerta de alambre, continúas por el camino y vas dejando a la derecha unas barbacoas de hierro. Sigues un poco más y antes de llegar a la alambrada que corta el camino principal, sale a la derecha un sendero ( es fácil pasárselo si no se está atento) que te lleva directamente a la Ermita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario